El CIAM, congreso
internacional de arquitectura moderna, es fundado en 1928 bajo la tela del
movimiento modernista y de vanguardia en su época, un laboratorio de síntesis
en relación al canon arquitectónico de época.
El contexto sobre el
cual se atañe el congreso y su consolidación versa en el término de la época de
la revolución industrial, tras haber sujetado a las ciudades en una
problemática de saturación de trabajadores, la expansión de las urbes en un
movimiento desproporcionado, arrojó una nueva corriente de pensadores que
magnifican los criterios de encontrar soluciones ante las demandas sociales,
transformar a la decadente sociedad mediante la inclusión urbana.
Con ello, surge el
congreso internacional, en donde se postula un criterio de urbanismo universal,
incluyente con los habitadores de las ciudades. El espacio se debe diseñar
acorde a necesidades, en función a la trayectoria social que se presente en su
uso de suelo urbano. El habitador debe ser un individuo que genere espacios
uniformes, con orden establecido, retomando los criterios de la misma
naturaleza.
Se estipula que la
arquitectura debe plantearse como un arte social.
Es hasta el cuarto
congreso de dicho grupo de pensadores, arquitectos y urbanistas, que se
estipula una pauta entorno a los principios de la arquitectura moderna: la
carta de Atenas. Un manifiesto urbanista que inspiró a diseños conceptuales
como Brasilia, para poder concretar en soluciones para habitabilidad y
cuestiones de índole social.
El manifiesto de la
carta de Atenas tiene como postulados primordiales:
- · El elegir una zona de viviendas, deberá estar condicionada a las condiciones higiénicas y en materia de salud urbana.
- ·
Los barrios que conformarán la
propuesta de vivienda, deberán, por consiguiente, aprovechar la topografía
existente, tomar en cuenta los factores climáticos, el asoleamiento, las áreas
verdes anexas.
- ·
La imposición de densidades
razonables, acordes al emplazamiento sobre el cual se desplantarán las
viviendas a considerar.
- ·
A lo largo de las vías de
comunicación, se debe prohibir la alineación de las viviendas.
- ·
La construcción vertical debe
considerar en todo instante los procesos constructivos modernos, al ser construidas
a una gran distancia las unas de las otras, se pueda liberar el espacio para
áreas verdes.
El postulado de la
carta de Atenas estipula, de igual manera, que se debe separar las áreas
urbanas destinadas al trabajo de las de ocio y recreación, sectorizar en una
delimitación adecuada la vivienda de las áreas verdes. Esto pone en entredicho
el concepto urbano de las ciudades tradicionales.
Le Corbusier, junto con
Jeanne de Villeneuve, baronesa de Aubigny, exponen una serie de escritos para
dicho postulado. Tras la segunda guerra mundial, se acopla esta propuesta de
diseño por ciudades europeas, incluso por ciudades como Brasilia.
La idea de la ciudad
funcional, exposición de Cornelis van Esteren en 1928, sirve como fuente
de inspiración para los pensadores de dicho postulado.
En cuanto a las urbes,
se mantiene una serie de principios basados en;
- ·
Habitar
- ·
Circular
- ·
Trabajar
- ·
Recrear (el cuerpo y el
espíritu: salud, educación, esparcimiento, etc.)
Mientras que, en
materia de la vivienda, se proyectaron los siguientes postulados:
- ·
La vivienda debe tener
primacía sobre el resto de usos.
- ·
En la situación de la
residencia se buscará la higiene.
- ·
La relación
vivienda/superficie la determinan las características del terreno en función
del asoleamiento.
- ·
Se debe prohibir la disposición
de viviendas a lo largo de vías de comunicación.
- ·
La solución son las viviendas
en altura situadas a una distancia entre ellas que permite la construcción de
grandes superficies verdes (tapiz verde).

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