El premio Pritzker ha sido el máximo galardón de decoro en
materia del hacer arquitectónico, un premio que sintetiza las habilidades de
análisis y construcción, retomando los criterios de Vitrubio: firmeza, solidez
y estética.
Dicho premio data del año 1979, donde tuvo su primera edición
a cargo de Jay Pritzker, junto con la organización hotelera Hyatt. El primer
premio fue otorgado al ilustre Philip Johnson, gracias a su célebre “Glass
house”, el premio es anual, con una sede diferente para cada una de sus
ediciones. Es en la segunda edición en donde un arquitecto mexicano de
renombre, el prestigioso Luis Barragán, gana la segunda edición del premio de
mayor relevancia a nivel internacional gracias al proyecto de su casa estudio.
A medida que los años transcurrían y este premio adquiría un
grado de mayor popularidad dentro del gremio de los arquitectos alrededor de
mundo. En resumen, ha tenido treinta y nueve ediciones anuales, de las cuales,
la mitad de los arquitectos ganadores han sido europeos, contando solamente a
dos latinoamericanos como acreedores de dicho galardón. Solamente tres mujeres
han sido parte de los arquitectos ganadores: en primer lugar, Zaha Hadid en
2004, Kazuyo Sejima en el año 2010, y Carme Pigem en 2017. En el caso
de las últimas dos arquitectas, han compartido el premio con sus asociados,
pues el jurado afirma desde sus inicios que dicha medalla debe ser conferida a
un arquitecto físico, no a una oficina.
Muchas veces, este galardón ha sido llamado como “el nobel de
arquitectura”, y muchas de las críticas que han surgido a lo largo de sus
ediciones, van encaminadas hacia su factibilidad y asertividad a la hora de
evaluar a un arquitecto en concreto. Muchos afirman que la arquitectura no solo
se trata de premios y renombre, incluso alegando que no se deberían otorgar
dichos premios, puesto que contradicen el principio sobre el cual se estableció
el Pritzker: “deberá ser entregado a un arquitecto cuyo trabajo haya producido
consistentes y significativas contribuciones a la humanidad a través de la
arquitectura”. Donde muchas veces se entiende por una contribución humilde y
sin el afán de ganar una recompensa, una medalla de oro.
De la mima manera, muchos arquitectos critican el racismo
implícito sobre dicho galardón, puesto que es usual que un ganador sea un
arquitecto europeo a cargo de una oficina de renombre. La popularidad es un
factor crucial, de igual manera el prestigio, no obstante, muchos critican que
no se evalúa con suficiente análisis y determinación al ganador del Pritzker.
Con las palabras del arquitecto Fredy Massad,:
“No hay que perder de
vista el hecho de que [la concesión del premio] es un movimiento, de nuevo (y
como siempre) astuto, por parte de la Fundación Hyatt, a la busca de seguir
preservando el prestigio del Pritzker y seguir abanderando el discurso políticamente
correcto: al destacar el reconocimiento a un equipo, el galardón busca
(taimadamente) alejarse del denostado concepto del arquitecto-estrella que él
mismo se encargó de erigir y consolidar” Fredy Massad, La Viga en el Ojo, ABC.
En el caso de las nacionalidades, América, Asia y Oceanía han
sido acreedoras de veinte premios, mientras que en África no se ha obtenido ni
un solo ganador. En el caso de las arquitectas Denise Scott Brown y Lu Wenyu,
respectivas esposas y socias de los arquitectos Robert Venturi y Wang Shu, no
fueron premiadas ni mencionadas por el jurado, quienes alegaron que no podían
interpretar las decisiones de un anterior jurado para nombrar a ambas
arquitectas al lado de sus socios.
Desde mi punto de vista personal, han sido muchas las
polémicas y derivaciones surgidas a lo largo de los años, gracias a un premio
internacional que, más allá de la popularidad y el renombre, ha sido un
parteaguas en la condecoración a la arquitectura. Independientemente de los jueces,
considero que es menester de los mismos arquitectos el hacer suyos este premio,
el poner en alto el nombre de su nación, de sus compatriotas, de su arte y sus
obras.
Para ello, no deben deslindarse de la premisa humana bajo la cual se
fundaron las nominaciones Pritzker. Siempre velando por los tres principios de
Venturi: firmitas, utilitas, venustas. Mismos
principios que se han grabado en los medallones de bronce de los ganadores. No
obstante, deberán grabarse palabras aún más importantes en los criterios de los
arquitectos ganadores: el sentido humano por encima del renombre. Hacer de este
laurel sobre la arquitectura, un premio para la sociedad, no para un solo
individuo.
·
Pritzkerprize.com.
(2019). About the Prize | The Pritzker Architecture Prize. [online]
Available at: https://www.pritzkerprize.com/about [Accessed 22 Aug. 2019].
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Picado, M. (2019). La reacción de la crítica
española al Premio Pritzker 2017. [online] ArchDaily México. Available at:
https://www.archdaily.mx/mx/867392/la-reaccion-de-la-critica-espanola-al-premio-pritzker-2017
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